Reto a la justicia

Algo así dicen los titulares de "La Verdad" en su versión digital. Para empezar mal, ya que en todo el texto de la noticia y por no variar hablan del cannabis como "droga". Ya estamos con la misma mierda de siempre. Droga, droga, droga....Y seguimos insistiendo planta, planta, planta...medicina, medicina, medicina....
Bueno dejando a parte el lenguaje manipulado que sabemos que acostumbran a usar "los medios de desinformacion", la noticia en si habla de una propuesta de Alacannabis que ha constituido el primer club de cultivo colectivo de la Comunidad Valenciana, para distribuir entre sus socios dentro de un circuito cerrado. Se ha constituido a si mismo como banco terapéutico en el que personas aquejadas de distintas enfermedades como cáncer y fibromialgia o drogodependientes en proceso de desintoxicación participarán en el reparto de la citada sustancia. Bueno aquí utilizan la palabra sustancia, ya vamos mejorando

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«Estamos tranquilos. No nos escondemos y damos la cara porque pensamos que no estamos haciendo nada malo. Ofrecemos un servicio a personas mayores de edad y en pleno uso de sus facultades», explicó ayer a este diario el vicepresidente de Alacannabis, Antonio Moreno. De momento, el club de usuarios cuenta con veinte personas inscritas de las cerca de 190 que componen la asociación.


Esta iniciativa de la que han informado por Email a medios de comunicación de todo el país, fue presentada en las instalaciones del "Far West", en el Campello. Supone un reto, un autentico desafio a los poderes publicos, ya que la futura reacción de la administración, la policía y los jueces es toda una incógnita. Imaginamos que después de los patinazos de las ultimas intervenciones en las que incluso han tenido que devolver las plantas, se lo pensaran antes de hacer cualquier movimiento en falso. Suponemos, aunque con estos nunca se sabe.

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En España existen clubes similares en Bilbao, Galicia, Andalucía, Zaragoza o Barcelona, entre otros lugares. «Se trata de un proyecto de la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC), un modelo que se quiere exportar», afirma el responsable de la asociación.

Los primeros en experimentarlo fueron Kalamudia, en Euskadi hace aproximadamente 6 años sin problemas legales. Su sucesora Pannagh, en cambio tuvo que enfrentarse con un procedimiento a raíz de una intervención de la Ertzaintza, que se dio mucha prisa en cortar las plantas que dicha asociación cultivaba para su abastecimiento. El caso llego al Tribunal Superior de Justicia de la comunidad que absolvió a los responsables del cultivo y ordeno la devolución de las plantas. Aquí vuelven a repetir la palabra "droga" cuando hablan de la cantidad intervenida, unos 15 kilos de cannabis, que pesados. Bueno hay que tener en cuenta que no se trata de 15 kilos de planta de cannabis madura, seca y manicurada lista para el consumo. Todo el peso incluye ramas, tallos y plantas inmaduras por lo que la cifra se podría reducir drasticamente, sólo que eso de "15 kilos de droga" queda muy llamativo en los titulares de la prensa pueblerina y sensacionalista. Los de la fiscalía, muy finos ellos, no recurrieron la sentencia para evitar que el Tribunal Supremo sentase jurisprudencia. Se nota que no se veían con todas las de ganar.

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El artículo 368 del Código Penal preve condenas de entre uno y tres años de cárcel, mayores si la cantidad es de notoria importancia, para los que cultiven esta planta para favorecer o facilitar su «consumo ilegal».
Ante la ausencia de esos indicios de tráfico, los jueces se basan en las cantidades que la jurisprudencia del Supremo ha establecido como propias del autoconsumo.

La FAC ha fijado su vez sus propios limites en dos gramos por persona y día. Más que suficiente para el autoconsumo y que no da lugar a ningún tipo de trapicheo o reventa de excedentes. Basándose en un informe jurídico elaborado por los profesores de Derecho Penal Juan Muñoz y Susana Soto para el Comisionado para las Drogas de la Junta de Andalucía, que avala la legalidad de clubes restringidos de cultivo.

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«Creemos que tiene cabida en el ordenamiento jurídico porque el cannabis se distribuye en un circuito cerrado, en un ámbito privado, y jamás va a salir de él»



El titular del Departamento Jurídico de Alacannabis, Héctor Brotons, admite que existe un vacío legal en el consumo compartido de la sustancia: «Está en un ámbito apenal. Es impune, no es delito. Que no esté regulado no implica que sea ilícito, como sostienen algunas teorías jurídicas. Creemos que si algo no es ilegal, ha de tenerse por legal».


La asociación ya ha presentado en el registro correspondiente de la Generalitat la modificación de sus estatutos para si acoger la iniciativa. Los socios han de rellenar una ficha con sus datos personales y abonar una cantidad inicial de 50 euros para costear el mantenimiento del cultivo, que comprende la adquisición de semillas, plaguicidas fertilizantes y todo lo necesario para ponerlo en marcha. A partir de ese momento cada usuario tiene derecho a adquirir dos gramos diarios, setecientos treinta gramos en un año, que es la cantidad estipulada para el consumo diario anual de un usuario medio. La hierba es repartida en pequeñas cantidades para evitar cualquier tentación de destinarla al trafico, lo que acarrearía la inmediata expulsión, tanto del club como de la asociación. La idea es que los usuarios que no puedan cultivar cannabis en su casa por diferentes circunstancias no se vean obligados a recurrir al mercado negro, que por cierto de momento no se ha establecido, por lo menos a gran escala en el estado. Cuando antes se establezcan otros circuitos, antes se evitara que ese mercado prolifere.
El vicepresidente de Alacannabis es consciente de los problemas que puede acarrear con la justicia y las "fuerzas de seguridad". Estos suelen ser los primeros en presentarse machete en mano para hacer la "justicia" por su cuenta, y así luego como el caso del Pannagh tienen que acabarles devolviendo las plantas. Pero ya han conseguido parte de su objetivo que es retrasar el momento de la cosecha, obligarlos a empezar el cultivo de nuevo y amedrentar a quien quiera arriesgarse a intentar iniciativas similares, negándole los beneficios de la planta a los usuarios, algunos de ellos con dolencias y que usan el cannabis para aliviar sus males, una acción nada humanitaria con los fines de siempre: colgarse alguna medalla y hacer bonitos titulares con cifras llamativas y espectaculares, ven muchas películas de acción estos chavales, cualquier excusa es buena para ascender.
A pesar de todo, incluso sabiendo que están cogidos con pinzas y que en cualquier momento se pueden soltar y caerse, decidieron arriesgarse con la convicción de que cabe en el ordenamiento jurídico actual. Y es que no nos queda otra, como esperemos que nos lo faciliten ellos vamos apañados.
El trasiego de la marihuana entre socios estará documentado y la contabilidad auditada en caso que algún juez se decida a abrir una investigación.
Una iniciativa valiente como otras tantas que ya están en funcionamiento. Ahora ya no se trata de ir a por un único colectivo o asociación y hacerlos cabeza de turco y ejemplo para el que quiera atreverse a seguir sus pasos. Más bien ahora es el momento de que este modelo se establezca en todas partes para hacerlo imparable, o al menos difícil de controlar mientras no cambien la legislación actual por una más represiva, aunque siempre cabe esa posibilidad. Atención....!!!

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«Hemos sufrido la persecución del Estado y hemos visto pisoteados nuestros derechos. Hemos tenido contactos con el PSOE para ofrecerles este modelo pero no nos han hecho caso. Ahora lo sacamos a la luz», concluye Moreno.