Aquí nos quejamos y con razón, no voy a decir que de vicio ya que hay muchas cosas que mejorar, sobre todo en el tema de las multas y la persecución de cultivador@s domestic@s.
Pero nada parecido a lo que sucede en Serbia que es de la época más dura de la inquisición. Sólo que está sucediendo a día de hoy en pleno siglo XXI.
En un centro de desintoxicación religioso los sacerdotes propinan severas palizas unidas a diferentes vejaciones a los enfermos ingresados.
El arcipreste Branislav Peranovic de Novi Pazar asegura que los problemas de drogas se curan "con mano dura".Las tesis del arcipreste Peranovic son ley en Crna Reka.
En sus palabras:
CITA
"Cualquiera que tiene una basura en casa sabe de lo que estoy hablando"
Suena bastante mal la verdad, sobre todo saliendo de la Santa boca de una autoridad eclesiástica que tiene a su cargo un centro de rehabilitación de drogadictos. Nada sorprendente viniendo de la iglesia que si nos ponemos a ver es la iniciadora de la cruzada contra las sustancias que acercan a Dios al hombre desde muy antiguo. No llevamos 60 años de represión, los orígenes se encuentran más lejos, en los albores de la religión cristiana. Desde siempre han perseguido los ritos unidos a las plantas de poder.
Si consumiendo alguna planta o sustancia visionaria puedes hablar directamente con Dios no necesitas a sus ministros por obra y gracia del Señor. Se les acabaria el chollo. Y desde hace mucho persiguen cualquier tipo de competencia en ese sentido.
Dejando la historia y volviendo a la actualidad en este centro de tortura más que desintoxicación, una especie de Guantanamo para adictos, a los enfermos se le propinan palizas usando métodos tan contundentes como golpearlos con una pala de hornear mientras los mantienen sujetos por las manos, para acabar dándole golpes de karate. Eso debe de ser lo que llaman piedad cristiana.
Los hechos han sido denunciados un vídeo colgado en su edición digital por la revista Vreme. Las autoridades de la iglesia ortodoxa lejos de negar los hechos los justifican como parte de la terapia y permitida por los padres. Sasa Jankovic, encargado de los derechos humanos en el Gobierno serbio, asegura que no se trata de una terapia, sino de un acto criminal.
Como cualquier persona con algo de humanidad. Pegar a enfermos brutalmente no me parece una terapia muy adecuada. Hasta no hace mucho en este país los curas pegaban y abusaban de los alumnos en los centros de enseñanza religiosos. Cosa que hoy en día no sucede por fortuna no siendo algún caso excepcional. En la Serbia de hoy no es excepción, es la regla y lo más triste es que esa clara violación de los derechos humanos está sucediendo en la moderna Europa del siglo XXI a manos de la iglesia. Sin que ningún estamento europeo o internacional de derechos humanos haga nada para acabar con estás torturas, ni tan siquiera abren la boca para denunciarlo o amonestar estas practicas salvajes de la iglesia ortodoxa de Serbia, dejándola que siga actuando impunemente, maltratando y torturando enfermos.
Con la iglesia hemos topado de nuevo.
FUENTE
RAP Y DROGAS
Hace 1 mes
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